Realidades Ampliadas

Hoy podemos tener nuevos ojos. Basta que mires con tu celular o uses las google glasses o el oculos rift, y aparecerán capas de la realidad que no puedes ver con tu vista natural. Es una forma de concretar lo que la literatura, la poesía, el arte querían producir en la mente y en la conciencia de cada uno: Generar una segundera referencia, una forma distinta de ver el mundo

Esa noche, tuve una rara pesadilla. Soñé que salía del apartamento con mi cámara de vídeo y daba vueltas alrededor de la manzana sin lograr alejarme más de una cuadra. Cuando trataba de cruzar una calle, algo en seguida se interponía para impedirme el paso: monstruos gigantescos o policías fortachones o automóviles raudos que no me daban tiempo o mujeres que me hacían terribles señas de advertencia desde la otra acera, como si las pesadillas infantiles se hubieran colado desde algún túnel imprevisto hasta mi sueño de adulto.

Angustiado, después de varios intentos, no tuve más remedio que sentarme sobre la verja del edificio a esperar alguna oportunidad. Entonces preparé la cámara y por inercia empecé a enfocar a los transeúntes. Pero algo extraño comenzó a suceder: ¡lo que veía a través de la cámara no se parecía a lo que realmente enfocaba! Las personas eran las mismas, pero los escenarios cambiaban. Así, por ejemplo, vi un hombre joven de vestido entero que avanzaba desde la otra acera a paso lento, con la preocupación marcada en su rostro, pero cuando lo tomé, apareció en la lente un hombre mucho más viejo, con una barba rala, vestido como un pordiosero, una botella de licor en una mano y en la otra un pequeño tarro de monedas. Volvía una y otra vez de la realidad enfocada a la visión de la cámara y siempre registraba dos historias distintas: vi una joven mujer que corría para alcanzar un autobús, pero al observarla con la cámara ya no era la muchacha de antes, sino una mujer gorda, con el rostro pintorreado que me insinuaba ir a la cama. Vi un niño de uniforme colegial que a través de la máquina se convertía en un anciano panzón y calvo. Vi un muchacho de aspecto distraído y tímido que se transformaba poco después en un delincuente despiadado, y a una chica linda que años más tarde moría atropellada por un automóvil. Me vi finalmente yo mismo, convertido por efecto de la máquina de visión, en un asesino; vi mi vida avanzar en algunos pocos segundos y ya no pude soportarlo más.

Varios años después comprendí que ese sueño que se hizo reiterativo era la anticipación de algo tan común hoy que ya no produce miedos: la tecnología de las realidades ampliadas o enriquecidas.