La narrativa digital

Podría hablarse de narrativa digital en múltiples sentidos: narrativa hecha con los dedos, narrativa hecha con números o dígitos, narrativa disuelta en la vitualidad electrónica. De hecho, esos tres sentidos tienen mucho que ver entre sí y con el tipo de “textos” de los que trata este estudio: los hipermedia literarios o, de otro modo, siguiendo a Susana Pajares, con las posibilidades de la narrativa hipertextual. En últimas, con el término narrativa digital, se pretende contribuir a la comprensión, descripción, valoración y análisis de eso que podríamos también llamar, siguiendo a Xavier Berenguer, narrativa interactiva: una nueva forma de narrar que se estaría configurando gracias al aprovechamiento estético de las tecnologías digitales de la comunicación y, específicamente, al uso del hipertexto, entendido, siguiendo a Landow, como  una forma de textualidad digital en la que los vínculos electrónicos unen lexias, o fragmentos de textos, que pueden adoptar la forma de palabras, imágenes, sonido, vídeo, etc., promoviendo una lectura multilineal, multisecuencial o no lineal, y trasladando, así, parte del  poder de los autores a los lectores.

Una nueva forma de narrar

Suele aceptarse que uno de los tres cauces "naturales" de la comunicación humana es la narración (contar), que se suma a otros dos: la poesía (cantar)  y el teatro (representar). También suele decirse que la narración es un género capital que puede envolver a los otros: siempre hay una historia detrás de todo poema, siempre un relato detrás de todo drama. Incluso, dado que el saber humano es temporal, puede afirmarse que los discursos científicos y filosóficos son narrativos, en cuanto narración de observaciones y/o memoria de la experiencia humana.

Pero podemos narrar de diversas formas, dependiendo de la materia con la que lo hagamos. La más frecuente es la materia verbal, por supuesto, pero también se puede narrar mediante imágenes y/o sonidos u otros sistemas semiológicos (el cuerpo, la ropa, etc.).

En cuanto a la narración verbal, ella siempre ha estado ligada a lo que podríamos llamar, siguiendo a Walter Ong, las tecnologías de la palabra: primero a la oralidad, luego a la escritura, y ahora, posiblemente, al hipertexto. Cada una de estas tecnologías ha despejado posibilidades expresivas que el acervo cultural acumula y potencia. Esto quiere decir que si bien la línea narrativa progresa, no elimina formas anteriores (lo que puede explicar, entre otras cosas, que la narración oral tenga tanta funcionalidad hoy como la narración digital). No obstante, estas nuevas formas han alterado los elementos de la narración verbal tradicional, (como el sentido de los personajes, de la acción y de los escenarios), y han innovado el conjunto de normas y criterios que configuraban hasta ahora la pragmática de la imagen narrativa.

Si echamos un vistazo a las posibilidades que la tecnología ha abierto en los últimos tiempos podemos afirmar que la línea narrativa se ha ensanchado espectacularmente: imágenes de síntesis, realidades virtuales, hipernovelas, videojuegos, juegos de rol, se suman a otras formas “tradicionales”: la narración oral escénica, novela, cuento, cine, etc.  La representación icónica, la narratividad y la producción y consumo de ficción están cambiando de una manera profunda, provocando un salto que podríamos llamar, sin recato, cualitativo. La “informática” ha promovido la formalización innovadora y creadora de los modelos narrativos, y técnicas como la digitalización, la simulación y la interactividad de imágenes 3D, para sólo mencionar algunas, están permitiendo el diseño de nuevas estrategias discursivas.

Pero, aunque resulte difícil y hasta arbitrario, es útil distinguir entre narración cotidiana y narración de ficción o, siguiendo a los formalistas rusos, entre narración estándar y narración poética. La primera correspondería a ese tipo de narración vinculada a un simple hacer-saber, mientras que la otra incorpora conscientemente estrategias del tipo simbólico-estético que conducen a potenciar otras categorías del saber-decir: el hacer-hacer y el hacer-ser.

En síntesis, la narrativa digital, acorde con este nuevo horizonte de la narratividad, se puede definir como un objeto virtual capaz de poner en dinámica no sólo una dimensión técnica (la utilización de recursos audiovisuales y de las nuevas tecnologías de la comunicación), sino una dimensión estética; esto es, la posibilidad de afectar la experiencia sensible a partir del uso artístico de esas técnicas, con lo que entreteje un tipo peculiar de relato: el relato digital.
 

El estudio del Relato Digital

El estudio que presentamos, se extiende a través de cinco módulos o ”bloques” que intentan cubrir los distintos aspectos teóricos y prácticos de la narrativa digital. En el primer bloque (“teoría”) se desarrollan, a su manera,  los aspectos que Claudio Guillén  ha planteado para las genologías literarias; esto es, los aspectos: histórico, sociocultural, lógico, pragmático y estructural de la narrativa digital. El resultado es la extracción de “reglas de juego” para la construcción de hipermedias de ficción: la adquisición de lo que podríamos llamar una competencia técnica. Consecuencias de esta estrategia se desarrollan en otros dos bloques. En el que se ha denominado “modelos”, se ofrecen algunos ejercicios de lectura y análisis de hipermedias narrativos, así como la memoria de construcción de una hipernovelas del autor del estudio. Un tercer módulo (“taller interactivo”), se dedica a ofrecer una didáctica del diseño de hipermedias de ficción, que se apoya en los  aspectos teórico-prácticos de los otros dos módulos.

Otros dos módulos ofrecen aspectos complementarios. Así, en el bloque “bibliografía”, se ha recopilado una extensa lista sobre el tema del hipertexto y de la hiperficción en particular, presentada en capítulos que facilitan al lector su inspección. El bloque de “ayudas de navegación“ complementa las utilidades de exploración del sitio WEB del estudio, permitiendo acceder directamente a temas y a referencias de autores incluidos a lo largo de la página.

De este modo, creemos, el estudio podrá aportar a los desarrollos de una práctica que si bien no se ha posicionado del todo, encuentra en el ambiente cultural de hoy un sitio privilegiado para su evolución.  

 
Universidad Javeriana - El relato digital - Jaime Alejandro Rodríguez - Foro abierto